Viajar no es solo aviones, terminales de bus, paisajes, fotos y compromisos. También es la salud de nuestro cuerpo, en cualquiera de los sitios en los que estemos. Me he dado cuenta de que muchos de mis amigos viajeros dejan la dieta y las costumbres para estar en forma en la casa, como si eso fuera un mueble o una pintura que está en la pared. Cuando regresan, tienen que hacer un esfuerzo doble y hasta triple para volver a estar en su peso o condición de salud ideal. Si eres de los que frecuentemente viajas y te sucede esto, debes mantener el hábito de comer sano y no engordar mientras viajas por tu bien y es tan importante, es que es hasta por el bien de tus futuras aventuras.
Yo entiendo perfectamente que la comida que sirven en los hoteles es provocativa, es una ocasión ideal para probar los sabores y texturas de una nueva cultura, pero el descontrol de unas vacaciones o de un viaje de negocio puede traer consecuencias a tu día a día que te van a pesar, literalmente.
Te tengo algunos consejos que he recopilado de algunos amigos. He tratado de entenderlos para plasmarlos de una manera homogénea y que se adapte a todo tipo de travesía, desde esos paseos para distraer la mente, hasta esas repentinas juntas de trabajo fuera de la ciudad que te obligan a comer lo que consigas en el bufé.
Largos itinerarios de compromisos, cansancio y otras ocupaciones pueden hacer que te pierdas “la comida más importante del día”, incluso, muchas personas tienen la absurda creencia que si dejan de desayunar pueden perder peso, pero la realidad es otra.
Un simple jugo o un cereal no va a saciarte y darte la energía suficiente para realizar nuestras actividades cotidianas, especialmente si no estamos en un ambiente controlado como casa u oficina, donde alguien más puede estar pendiente de ti en estos aspectos, o la rutina permite que esta tarea este más cómoda en la lista de responsabilidades diaria.
En este caso, no desayunar va a hacer que tu viaje se vuelva un completo tormento y definitivamente no vas a disfrutarlo. Trata de comer alimentos que te proporcionen nutrientes y energía para las actividades extracurriculares que se te puedan presentar en el transcurso del día.
A pesar de que te provoca todo lo nuevo, lo que se ve exótico y que de verdad sientes curiosidad por probar, trata de dejar de lado los alimentos grasos o sumamente dulces, recuerda que estos no solo te hacen aumentar de peso, sino que también elevan los niveles de colesterol, triglicéridos y glucosa.
Ya en este punto te estamos advirtiendo de los peligros que puede representar una mala alimentación en otro lugar lejos de casa. Así que nos estamos poniendo más serios de lo normal.
Aún no he viajado a Perú, pero me han dicho que los platos de comida de cualquier parte, incluso los restaurantes gourmet sirven porciones gigantes ya que esa es la costumbre. A pesar de todo esto, debes vigilar constantemente la ración de comida que estés ingiriendo, pues si tu metabolismo ya asume una determinada cantidad, consumir más, por la costumbre, puede ser perjudicial para tu peso.
Para este tipo de situaciones no es necesario que ingieras todo y que sufras de dolores estomacales el resto del día, bien puedes compartir esa ración de comida o simplemente pedirla para llevar y garantizas la cena.
Este un consejo amarrado del primero, pues si no comes temprano tu desayuno, seguro tu primera comida será un almuerzo pesado más temprano y la cena podría ser una enorme merienda y la última comida puede ser en la cama llegando a la medianoche, en una caja cuadrada, con algo redondo adentro picado en triángulos… Si, es pizza.
Es posible que te saltes las horas de las comidas y eso provocará que te dé más hambre de lo normal, así que evita este tipo de situaciones. También tienes que procurar comer las cantidades adecuadas y no pasar el límite de alimentos diarios, puede que en el momento te sientas normal, pero a los pocos días tu cuerpo va a mostrarte las consecuencias de haber comido más de lo que habitualmente lo haces.
Es decir, que no tengas tentaciones, lo que es técnicamente imposible, sobre todo en esos hoteles que tienen un minibar en el que puedes pedir postres sin compasión por ti mismo y comidas como quieras.
Tener una botella de agua en el bolso es una costumbre que me consta que se está volviendo popular, no solo en mujeres sino también en hombres. OJO, esto no es una estrategia de marketing para que vayas a comprar un envase especial de esos que siempre tienen las personas en el Shopping o en el GYM, solo digo que una botella de agua puede dar más beneficio que un equipo de maquillaje o una cajetilla de cigarros.
Además, el agua proporciona una sensación de saciedad y evitará que te de hambre a deshoras. Ten siempre en mente que el agua te ayuda a mantenerte enérgico y mejora el funcionamiento de todos los órganos de tu cuerpo.
La mayoría de las dietas te recomiendan que consumas alimentos al menos cada 5 horas, intercalando el desayuno, el almuerzo y la cena con meriendas protagonizadas por frutas y snacks saludables. Esta “coreografía” es base para comer sano y no engordar mientras viajas, pues a pesar de que estas constantemente ingiriendo algo, te mantienes con tu metabolismo trabajando y asimilando la buena comida.
Ya sea en batidos o en las comidas diarias, tienes que consumir mucha proteína para mantener en completo control los niveles de glucosa sanguínea, triglicéridos y colesterol. Por otro lado, la proteína le brindará fuerza a tu cuerpo para que puedas desplazarse y que no te sientas debilitado. Si no encuentras alimentos con la cantidad de proteínas que necesita tu cuerpo, empaca suplementos.
Para muchos, la idea de ejercitarse durante sus vacaciones les resulta algo fuera de lugar, pero en realidad es algo que harás de manera inconsciente. Con solo ir a visitar los lugares turísticos del sitio al que has viajado, ya te estás ejercitando, estas dándole movimiento y tonificando levemente tus músculos. Recuerda que hacer ejercicios no se trata simplemente de hacer abdominales, la caminata es esencial.
No importa cuántas te comas al día, simplemente hazlo, con ellas vas a nutrir a tu organismo, mantenerte saciado y conocer la gastronomía del sitio al que has viajado. Si vas a restaurantes y notas que dentro del menú hay platos con frutas, no dudes en pedir una ración.
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Nora